como viven los hombres tantas veces: apilando cucharas,
cerrando cajones, afeitando pequeños cuerpos de paloma.
Pero rezarán todos ellos, escondidos en el hueco dentro de sus quehaceres.
Rezarán un mundo que no existe, un mundo de fuerza informe:
Desde el lugar que les toque, al oír el trueno, temerán la tormenta.